martes, 3 de mayo de 2011

¿Hay Papas Transgénicas?

La papa con la que se está trabajando tiene dos características: se le ha introducido una proteína para darle resistencia a un nemátodo, y por otro lado, sus flores producen machos estériles. Aunque los investigadores aseguran que no se necesita tomar medidas precautelatorias, constituye un riesgo de gran magnitud ensayar esta variedad transgénica en países que son centros de origen del cultivo, y en los que además la papa juega un papel sociocultural tan importante para los pueblos andinos.

Años atrás ya hubieron protestas de las organizaciones campesinas cuando conocieron que se intentaba hacer ensayos de esta misma variedad de papa en la región de Cochabamba.
Esto nos lleva a preguntarnos si se quiere contaminar el cultivo en su centro de origen, como ya sucedió con el maíz en México. Si este es el caso, no podemos quedarnos callados
Otros tipos de papa transgénica están siendo desarrolladas y evaluadas, y todas están diseñadas para ser cultivadas en el Tercer Mundo. Por ejemplo, se desea transformar a Sud África un centro de experimentación de la papa, para beneficiar a un grupo de empresas biotecnológicas estadounidenses.
Papas Transgénicas Son Evaluadas en el Centro de la Diversidad de Variedades de Papa.
El 11 de noviembre en Nature se publicó una investigación que afirma que una variedad genéticamente modificada (GM) de papa, capaz de resistir a las principales plagas de este cultivo, no es una amenaza para otros organismos porque las plantas producen polen inviable, lo cual imposibilita la transferencia de genes hacia otras variedades relacionadas.
El grupo de investigadores liderados por Howard Atkinson en la Universidad de Leeds de Gran Bretaña, afirman que su método asegura una bioseguridad sin desafiar el principio de precaución hacia los cultivos GM en regiones donde existen variedades estrechamente relacionadas. El principio precautelatorio podría evitar, según el Centro Nuffield de Bioética, que los agricultores pobres y consumidores de los países subdesarrollados se beneficien de los cultivos modificados.
Atkinson y organizaciones colegas en Bolivia, Perú y los Países Bajos insertaron un gen del arroz en la papa para protegerla de un nemátodo microscópico que causa una enfermedad en las raíces de la papa (1).
El gen produce una proteína -cistatina- que interfiere con la habilidad del nemátodo de digerir proteínas en su dieta. Al asegurarse que el gen únicamente esté activo en las raíces de la papa y no en la parte por encima del suelo o en el tubérculo en sí mismo, los investigadores dicen que han minimizado su potencial de interacción con otras especies no deseadas.
Ellos añaden que el gen, no entraría en la cadena alimenticia humana a pesar de que la cistatina está presente en nuestra dieta cuando ingerimos arroz o maíz. Se encuentra también en la saliva. Con estos antecedentes ellos añaden que es improbable que sea un riesgo para la salud humana

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